
Cuando nuestro animal regenera,
enturbiando y vaciando la mente
y la pasión el placer requiera,
por el celo de un cuerpo caliente,
*
se aviva la sonrisa que espero
incitando la carne que siente
y el pudor en voluntad severa,
resbala en muro indiferente.
Entre labios rojos se supera,
la pequeñez en sobresaliente,
ávido el contacto que tolera,
por viscosa fricción coherente,
*
penetrando en boca compañera,
al cimbrear la lengua saliente,
intensa sensación pasajera,
descarga el liquido proveniente;
*
cede en su viento la caballera,
aflojando el pene pretendiente,
de firmeza y entrega verdadera,
en dulce desnudez complaciente.
enturbiando y vaciando la mente
y la pasión el placer requiera,
por el celo de un cuerpo caliente,
*
se aviva la sonrisa que espero
incitando la carne que siente
y el pudor en voluntad severa,
resbala en muro indiferente.
Entre labios rojos se supera,
la pequeñez en sobresaliente,
ávido el contacto que tolera,
por viscosa fricción coherente,
*
penetrando en boca compañera,
al cimbrear la lengua saliente,
intensa sensación pasajera,
descarga el liquido proveniente;
*
cede en su viento la caballera,
aflojando el pene pretendiente,
de firmeza y entrega verdadera,
en dulce desnudez complaciente.









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