2/4/12

Paseo mi mente en la noche y me aferro a un tiempo que me
pertenece intentando alejarme del ruido de otras horas.

Mi espacio está ahora a salvo de cruzarse con el de otros. Busco
desesperadamente encontrarme conmigo misma, preguntándome
constantemente qué hacer y qué decir.

Quiero ser mi mejor amiga sin darme cuenta de que llevo dentro a
la peor contrincante.

Lucho con fuerza para sacar a flote lo más puro de mí, mi
verdadera yo, pero en mi camino aparecen muros con los que tropiezo y
los que intento recorrer, a pesar de que no puedo conmigo.

No encuentro la salida; no hay ninguna puerta por donde salir y
me paro y descanso hasta que mis fuerzas vuelven.

Camino y camino...

Me canso de medir mis pasos y araño con intensidad cada ladrillo
queriendo atravesar su superficie fría y amenazadora. No tengo
suficientes fuerzas.

Me siento y miro sin expresión cómo llagan mis manos y decido
comenzar de nuevo. Siempre es más fácil seguir el camino marcado que
dejarse la vida a mordiscos en cualquier piedra.

Es igual. Pienso que llegaré al final en cualquier momento y
ajusto el paso a mis necesidades, permitiéndome el lujo de parar de
vez en cuando, pero sabiendo que después tendré que volver al camino.

Levanto la mirada y veo el cielo muy lejos. Cuanto me gustaría
poder tocarlo.... Pero el muro casi lo tapa.

Me pregunto qué pasaría si trepara por él. Quizá podría
agarrarme a los salientes y subir poco a poco, pero... no, mejor
seguir el camino....es más fácil.

No quiero arriesgarme a caer después de tanto esfuerzo. Pienso
que en alguna caída podría no volver a levantarme.

Si, es mejor seguir andando.

Ando, ando, ando... ¿Dónde voy?.

El camino hacia arriba es más corto, pero desconfío de mis
fuerzas y me siento a llorar mi propia cobardía.

Siento cómo el dolor de mi alma me roza ya la piel y me abrazo a
mí misma intentando buscar consuelo. No lo encuentro. Comprendo que me
estoy engañando y me lleno de furia.

Camino más deprisa y quemo mis energías mucho antes.

Oigo, ¿A qué esperas? ¡Vuelve a sentarte! ¿No ves que ya no
puedes más? Pero recuerda: ¡debes seguir andando más tarde!.

Es mi camino, el que yo he elegido.

- ¡Vamos! ¡Camina, camina! Pero recuerda: ¡debes descansar a
menudo para poder seguir andando...!

- Sí.....para poder seguir compadeciéndome de mí misma...

♥Diosa Bastet♥

No hay comentarios: